jueves, 30 de junio de 2016



Encara lo de Hoy

Cuántas veces, ante una situación conflictiva, nos anticipamos a los hechos  dando vueltas y vueltas en nuestra mente a opciones generalmente negativas, sufriendo toda la carga emocional que conlleva, aún sin haberse producido en la realidad. Así nos olvidamos de vivir el presente y encarar con alegría el hoy. Es sano dedicar un nivel de previsión coherente, aceptable, a las situaciones por venir, pero cuida el presente, no te generes niveles de ansiedad innecesarios y exagerados. Lo que puedes cambiar hazlo, y lo demás ….será.



domingo, 19 de junio de 2016

El Padre

Desde la mirada de las Constelaciones Familiares, el padre ocupa un lugar diferente a la mamá: es la autoridad,  la firmeza,  decisión y el amparo.

Tanto el niño como la niña, necesitan al padre. La niña necesita la figura paterna porque formará la idea de qué es un hombre, traspasando sentimientos provenientes de la relación con su padre a la relación con su esposo y ella necesita que el padre establezca activamente normas en su vida.

El niño necesita del padre porque a través de él, recibe la “esencia de la hombría” que su madre no le puede dar y aprenderá lo que es apropiado y esperado por la sociedad respecto a los papeles del género, lo masculino es un misterio que encarna la fuerza, la protección, la sabiduría dirigida al hacer, al enfrentarse al mundo y a lo práctico.

El padre es quien ayuda al niño a lograr la autonomía, afecta el desarrollo cognoscitivo,  y sobre todo lo prepara para formar parte de una sociedad, marcando pautas morales y estableciendo límites.

Bert Hellinger nos dice: “El camino al padre, es a través de mamá.” y también “Muchos problemas con los niños también se producen porque no pueden acceder al padre. Solamente la madre puede abrir el camino al padre, con lo cual tiene un poder tremendo, pero nadie más que ella puede franquearle el camino.”

Cuando rechazamos lo masculino en nuestra propia vida, hacemos un agujero en nuestra alma y en el alma de nuestros hijos. Los dejamos eternamente amarrados a nuestras faldas. Creando hombres y mujeres inmaduros que repetirán la historia de violencia, abandono y machismo.


martes, 14 de junio de 2016

PERTENENCIA: Primer Orden del Amor

Bert Hellinger, a través de su Teoría de las Constelaciones Familiares, nos muestra que existen Leyes universales que rigen el fluir del amor en los Sistemas Familiares a las que llamó “Órdenes del Amor”.

El Primer Orden del Amor es que todo aquel que pertenece al Sistema Familiar tiene  el mismo derecho a pertenecer. Nadie puede ser excluido.

Desde nuestra concepción las personas pertenecemos al Sistema Familiar. Cada ser humano está vinculado con éste, lo quiera o no.

El niño siente la vinculación como amor y felicidad, no importa de qué manera y en qué circunstancias haya crecido. No importa cómo sean los padres. El hijo sabe que pertenece y ese saber y relación los percibe como amor. Este vínculo tiene un poder enorme  porque por ese amor el hijo es capaz de sacrificar su vida.

Nadie puede cuestionar el sistema en el que nació y nadie puede negar a su familia sin negarse a sí mismo.

Ahora bien, cuando a una de estas personas se le niega la pertenencia (por ejemplo, no aceptando a un hijo ilegítimo o difamando a un tío que no correspondía a las normas de la familia), ese miembro queda excluido, provocando un trastorno o desequilibrio en el sistema,  entonces, el alma familiar trata de restablecer ese orden, y en consecuencia, otro miembro de la familia (de generaciones siguientes) ocupará su lugar.
Es decir,  las consecuencias de la exclusión se manifestarán mucho más tarde, cuando, en generaciones posteriores, alguien, sin saberlo, imitará la suerte de la persona excluida.

Hay muchas formas de excluir: ignorar, olvidar o marginar, son algunas de ellas. Pero también se excluye a alguien juzgándolo, condenándolo o descalificándolo de muchas maneras: “la abuela fue ladrona”; “el abuelo fue un borracho”; “tu tío estaba loco y nos hizo sufrir mucho”.

Acá se trata de comprender que nada lo que haga (la propia persona u otro miembro) lo puede privar a uno del derecho a la pertenencia al sistema familiar.

En lo que Bert Hellinger llama “Alma Familiar”, todos tienen un lugar de dignidad y de respeto. Y todos quiere decir, exactamente, “todos”, y significa algo muy preciso y de gran importancia: el Alma Familiar no acepta exclusiones.

Cuando alguien es excluido, el flujo del amor se resiente. Alguien posterior sufrirá las consecuencias, y nadie encontrará explicación a su sufrimiento.




jueves, 9 de junio de 2016

A través de la Constelación Familiar descubrimos y liberamos vínculos ocultos con nuestros antepasados, que nos mantienen atados al pasado familiar, sacan a la luz aquello que en la familia había quedado oculto y, a menudo surgen las soluciones espontáneamente. A estas soluciones se llega por medio de las sensaciones corporales de los representantes, que van a producir en ellos un movimiento. A esto Bert Hellinger llama los Movimientos del Alma.